sábado, 23 de julio de 2011

En este blog se escribió más acerca de los muertos que de otra cosa: los ídolos de otras generaciones se van yendo de a uno. Y además Amy, que no me llevaba ni diez años.

"Esta muerte atrasa 45 años en la historia del pop", leí por ahí. Yo coincido: salvando las distancias entre la influencia de la generación del '60 en la historia de la música, la muerte de Amy, su vida, y su arte, tienen la impronta de aquellas épocas.

Y si bien no quiero comparar a una Janis Joplin con esta inglesita mimada por la industria y carne de tabloide, siento la pérdida de Amy de la misma manera que se debe haber sentido alguna pérdida de aquellos legendarios. Con un nudo en el estómago cada vez que escucho esa hermosísima voz, con mucha angustia y dolor sabiendo que horas y horas de inédito deleite musical se fueron con ella.

Chau Amy. Desistí de escribirte algo lindo. Solo quiero que acá se te recuerde. Siempre estuve enamorado de vos.